En la actualidad, la planta de cannabis se usa para fines recreativos, medicinales o espirituales. El cannabis contiene más de 100 sustancias químicas conocidas como cannabinoides, siendo el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) el principal responsable de los efectos psicoactivos.
El consumo de cannabis puede realizarse de diferentes formas, como fumarlo en forma de cigarrillo (llamado comúnmente porro), utilizar pipas o vaporizadores, comer alimentos preparados con cannabis (llamados comestibles o comidas cannábicas), o aplicar productos tópicos que contienen extracto de cannabis. Esto tiene una serie de consecuencias negativas para la salud y el bienestar de una persona, siendo las más comunes:
- Problemas respiratorios: como tos crónica, bronquitis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Problemas mentales y emocionales: aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud mental como ansiedad, depresión, psicosis y esquizofrenia en personas genéticamente vulnerables.
- Disminución de la memoria y las habilidades cognitivas: el consumo crónico afecta a la memoria, la atención, la concentración y otras habilidades cognitivas.
- Deterioro del rendimiento académico y laboral: afecta al rendimiento académico y laboral debido a los efectos en la memoria, la concentración y otras habilidades cognitivas.
- Dependencia y adicción: El cannabis es adictivo y el consumo continuado puede llevar a la dependencia.
Para hacer frente al consumo de cannabis, es necesario adoptar un enfoque integral que aborde tanto la prevención como el tratamiento de la adicción. Recuerda que buscar ayuda en un centro de recuperación es un paso valiente y positivo hacia la mejora de tu salud y bienestar.